viernes, julio 22, 2011

miércoles, julio 13, 2011

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"Hace ya cuatro años, cuando llegó a mis manos el séptimo libro de Harry Potter en inglés, no pude resistir la tentación de ir a la última página para leer la última palabra, la que cerraba la novela. No era scar (cicatriz), como tanto se había dicho. Era well (bien). Inmediatamente, y aunque debía esperar unas semanas más para leer la historia completa, me sentí mejor. Ya había olfateado las hojas, en medio de una congregación inquieta de potterianos fieles. Chicos, no tan chicos y decididamente adultos (o adultescentes) metían bulla a mi alrededor: alguno buscó enseguida un lugar donde recostarse a hojear su flamante ejemplar importado, pero yo me fui enseguida, con esa sensación de porquería que dan las despedidas. Ya no habría otro evento. Ya no llegarían más libros. Todo estaba hecho. Todo estaba bien.
Pese a conocer el final por haberlo leído, una ansiedad similar a aquella de julio del 2007 me agitaba el sábado pasado, cuando tuvimos la oportunidad de asistir a la función de prensa de "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - parte 2" en Belgrano. Como todo fan de Potter, o eso quiero pensar, he tenido mis altos y bajos con respecto a la saga. Esperaba un cierre a la altura de la expectativa de cualquier cinéfilo básico, no necesariamente fanático. Y en esta ocasión, David Yates (responsable de las últimas cuatro adaptaciones) no falló.
Dejemos de lado por un momento cualquier mérito o demérito cinematográfico, que habremos de abordar en la respectiva crítica. Con la última película de Harry Potter se cierran diez años de un viaje compartido que, a mi entender, no tiene precedentes en la historia del cine. Los niños que se encariñaron con los libros y siguieron el devenir fílmico de esas novelas ahora son jóvenes adultos. Aquellos chicos británicos que hicieron casting y se convirtieron para siempre en Harry, Ron, Hermione, Neville, Ginny, Luna, Draco... hoy son actores en tránsito, intentando sobreponerse a sus personajes y a un cierto horror vacuii personal.
Yo, como tantos otros, asistí a cada parada de este tren que, con intervalos de más o menos un año, partió del andén 9 3/4 de la estación King´s Cross llevando a mucho más que un puñado de magos a la aventura. Como tantos otros, vi crecer a los aprendices de Hogwarts en medio de emocionantes partidos de quidditch, torneos soporíferos e intrigas casi policiales. Hubo desaciertos estilísticos, hubo lugares comunes (¿qué película de género no los tiene?), hubo fantasía que bordeó el absurdo y hubo bronca por las cosas que quedaron afuera o no estuvieron a la altura de la imaginación. Pero sobre todo, hubo magia. Esa magia persistirá aunque el Hogwarts Express haya abandonado definitivamente el andén. Después de todo, también se fueron hace años los útlimos barcos de los Puertos Grises... Y aunque nada te quita el sabor agridulce de las despedidas, hay aventuras que vale la pena volver a vivir." (María)

"Como fanática adulta de Harry Potter me resulta muy difícil ser elocuente y mientras siento que me queda mucho por procesar de esta película. Siento que me gustó mucho y poco más puedo decir. Quedé, tal y como puse en mi Facebook, totalmente agobiada: es fuerte el final de un ciclo. Me hubiera gustado que le dieran un poco más de tiempo, o quizá más importancia, a algunas muertes de personajes clave. Creo que tanto en el libro como en el cine, el epílogo da más o menos igual... el único punto verdaderamente flojo de un cierre impecable." (Verónica)

"Harry Potter y las Reliquias de la Muerte es mi segunda película favorita de la saga (la primera es El prisionero de Azkaban), tal vez porque dura más de cinco horas, porque en la pista sonora está Nick Cave y porque me encanta ver a Helena Bonham Carter y a la ya grandecita Emma Watson, que dice más con su cara que con treinta líneas de diálogo. Además, los dementores nunca estuvieron mejor que bajo la dirección de David Yates.
Puede que me haya gustado también porque es la última representación de una serie de libros que me hicieron inmensamente feliz, y es una suerte de solitario homenaje aferrarme a la despedida. Ya no veremos más a esos personajes creciendo en tiempo real y Alan Rickman ya nunca más será Snape. Me resulta inconcebible.
Y aunque seguramente veré la película de nuevo pronto, sí tiene defectos que me parecieron imperdonables: tan poco duelo por las muertes de la batalla de Hogwarts, la sonrisa casi pícara de la mamá de Ron cuando encara finalmente la lucha, los chistes espetados en situaciones de extremo estrés. Ay, si Hollywood no hubiese metido esas patas a lo largo de todas las entregas fílmicas, las versiones serían casi perfectas. Por suerte, siempre quedarán los libros." (Ana)


*María A. Melchiori forma parte de Cine y Medios como editora y cronista desde el año 2005
Verónica Bonfiglio es lectora voraz y cinéfila. Durante años administró los foros de HarryLatino y co-organizó los eventos de lanzamiento de los libros en inglés en librerías Cúspide.
Ana Prieto es periodista, escritora y cinéfila. Ha publicado varias notas sobre Harry Potter en diversos medios de comunicación, la última en el número 3 de la revista Orsai.

HARRY POTTER CAST



viernes, julio 08, 2011

SMAIL

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