lunes, septiembre 22, 2008

DETRÁS DE LA NOTICIA

En el día de hoy prestó declaración en el juicio por la masacre de Cromañon el guitarrista del grupo Callejeros, Maximiliano Djerfy.
Leerán ustedes la crónica en diversos medios, con la técnica de rigor, en el formato típico e impersonal que caracteriza al cable informativo.
Mas este Lado B tiene su razón de ser. Es, en parte, el reverso de la trama.
Hoy da espacio a una crónica especial. La visión personal del hecho que referenciamos al principio. La que no cuenta los caracteres, ni edita de acuerdo a lo establecido. Es la crónica que sale sin filtro y se acerca, tal vez, mucho más a la realidad. Esa que desde los medios recortamos. Este es otro recorte, más sentido y, creemos, más justo. Directamente de una de las personas presentes, testigo de un juicio histórico:
"Indigna atender los artilugios efectistas y provocadores de quien dice sufrir por la pérdida de los "suyos" -por las que al menos debe hacerse cargo-, y no tiene la menor consideración por respetar el ánimo de quienes comparten pérdidas más propias en el amor y más ajenas en la culpa de su muerte. Fastidia escuchar sus pretextos para aislarse de lo que no supo hacer, con excusas baratas e insólitas, como que luego de ocho años de formar parte de la misma banda, a él sólo le importaban sus 700 pesos mensuales de salario, sin interesarse ni conocer sobre los lugares en los que tocaban, la ganancia y los gastos que tenían, la prensa que hacían, ni las tareas del manager, que en viejas épocas era considerado "amigo".
Da vergüenza ajena presenciar cómo apunta contra su propio público de quien hasta ahora se valió para limpiar su imagen, tratándolo de necio: "nosotros les decíamos que no tiraran bengalas, y ellos tiraban igual... Bueno, ahí tienen"; e incluso acusándolos de haber "celebrado" el incendio en una ronda, agarrados de las manos, bailando alrededor de las gotas de fuego que caían del techo. Da asco ver los pasos de comedia que monta su abogada para manipular los tiempos del juicio, peléandose en pantomima con los demás abogados del resto de la banda; desmayándose convenientemente, sin sugerir su reemplazo para que el juicio pudiera continuar; pidiendo contemplaciones para su aturdido cliente, que puede llegar a conmoverse por ver un simple video de uno de sus recitales, y no por el del día de la tragedia con el que comenzó su declaración "espontánea".
Duele llorar delante de esa basura de gente, duele que de esa forma sucia usen los gritos de nuestros chicos, duele que nadie pueda ver lo que nosotros sí, duele que todas las "buenas atenciones" las tengan para quienes están sentados en el banquillo de los acusados, mientras quienes lloramos desde hace 4 años sin poder liberarnos de la angustia, estemos detrás de un vidrio, vigilados al entrar, silenciados al estar, olvidados al salir."