Buenos Aires - (Cine&Medios) - La noticia despierta suspicacias. La semana pasada una tienda de Voncouver, Canadá, exhibió por error en su vidriera el último libro de Harry Potter y, lo que es peor, lo vendió.
"Fue un error que pasó inadvertido a todo el personal", dijo Geoff Wilson, portavoz del establecimiento Real Canadian Superstore. Agregó que los libros fueron retirados de inmediato de los estantes.
Catorce sería el número de ¿afortunados? poseedores de la sexta entrega de las aventuras del joven mago.
De acuerdo a lo informado por diferentes agencias de noticias, una jueza ordenó el día sábado pasado a los compradores del libro que se abstengan de copiar, vender e inclusive leer, muchos menos comentar, la publicación hasta el día de su lanzamiento mundial, el próximo 16 de julio.
Aquellos que devuelvan el libro hasta el sábado, recibirán como recompensa un autográfo de la autora, J. K. Rowling.
Aquellos que devuelvan el libro hasta el sábado, recibirán como recompensa un autográfo de la autora, J. K. Rowling.
Impresionante demostración de poder por parte de una editorial que logra, a través de la justicia, invadir la intimidad de los ciudadanos que legitimamente pagaron por un producto. Resta conocer que sucederá con el establecimiento, auténtico "responsable" del problema.