Michael Bay no se rinde, e insiste con una propuesta que escapa de los argumentos a los que nos tiene acostumbrados. Con una prolija y convincente puesta en escena, LA ISLA nos ubica en una colonia en la que conviven personas que (supuestamente) han sobrevivido a una catástrofe global de proporciones; una contaminación masiva del planeta para ser más exactos.
Todas las noches, los habitantes de la colonia (vestidos de idéntica manera e impelidos a comportarse de manera pacífica… por qué?) esperan el sorteo que designará a uno de ellos como el afortunado nuevo poblador de "La Isla", el último lugar de la Tierra que no presenta índices de contaminación.
Lincoln Six Echo (Ewan McGregor) es uno de estos sobrevivientes, pero algo en la prolija rutina en que viven le hace ruido… Tiene una relación de profunda amistad con Jordan Two Delta (Scarlett Johanssen), que sus celadores contemplan con cierta preocupación. Lincoln es una persona curiosa, y ha comenzado a tener pesadillas en las que se mezclan una hipotética vida fuera de la colonia con memorias inconexas de un pasado que apenas recuerda.
Algo en este film remite a la vacilante Minority Report: Sentencia Previa (Spielberg, 2001) … tal vez los escenarios futuristas y las frenéticas e inverosímiles secuencias de persecución a los protagonistas. Sin embargo, el mundo que presenta Bay está sugestivamente más próximo al nuestro propio, contemporáneo y actual. Es aquí donde el film tiene su punto más fuerte y mejor logrado.
Las motivaciones éticas para la clonación humana quedan opacadas por la necesidad imperiosa de los protagonistas de cerrar sus propias historias. Es por esto que las situaciones moralmente incómodas, o incluso tensas, concluyen bruscamente con un planteo casi absurdo de tan obvio.
Paradójicamente, el director se toma todo su tiempo para mostrarnos escenas que prevemos desde el primer momento. Terminan siendo ligeramente morbosas, poco movilizantes y dilatan sin necesidad lo mejor de la película, que es la progresión de la auténtica acción. Todo en pos de un supuesto planteo ético y moral que en los siguientes 90 minutos será postergado, tratado con liviandad y finalmente ignorado.
La crudeza de algunos diálogos chocan con las caras impávidas de los protagonistas, enfrentados por primera vez a un mundo exterior que no sólo los desconoce, sino que les es hostil por definición. Sin embargo, el espectador no logra conectar con ellos, o peor aún: logra conectar tan bien, que subvierte el planteo original. Tienen que sobrevivir, a cualquier costo… De pronto sus vidas tienen valor. Es justo que la defiendan, tanto como sus "patrocinadores" buscaron defender las suyas, el día que decidieron crearlos.
Si nos concentramos en lo mejor que sabe hacer Michael Bay, que es filmar escenas de acción espectaculares, alternadas con algún que otro escarceo sentimental, la película cumple y bien. Se los ve cómodos a McGregor y Johanssen en sus roles; las transiciones de sus personajes son correctas. Si bien nadie se hizo un favor particular al actuar en esta película, se nota que lo pasaron bomba. Y el espectador, que no va a buscar otra cosa en LA ISLA, también.
Todas las noches, los habitantes de la colonia (vestidos de idéntica manera e impelidos a comportarse de manera pacífica… por qué?) esperan el sorteo que designará a uno de ellos como el afortunado nuevo poblador de "La Isla", el último lugar de la Tierra que no presenta índices de contaminación.
Lincoln Six Echo (Ewan McGregor) es uno de estos sobrevivientes, pero algo en la prolija rutina en que viven le hace ruido… Tiene una relación de profunda amistad con Jordan Two Delta (Scarlett Johanssen), que sus celadores contemplan con cierta preocupación. Lincoln es una persona curiosa, y ha comenzado a tener pesadillas en las que se mezclan una hipotética vida fuera de la colonia con memorias inconexas de un pasado que apenas recuerda.
Algo en este film remite a la vacilante Minority Report: Sentencia Previa (Spielberg, 2001) … tal vez los escenarios futuristas y las frenéticas e inverosímiles secuencias de persecución a los protagonistas. Sin embargo, el mundo que presenta Bay está sugestivamente más próximo al nuestro propio, contemporáneo y actual. Es aquí donde el film tiene su punto más fuerte y mejor logrado.
Las motivaciones éticas para la clonación humana quedan opacadas por la necesidad imperiosa de los protagonistas de cerrar sus propias historias. Es por esto que las situaciones moralmente incómodas, o incluso tensas, concluyen bruscamente con un planteo casi absurdo de tan obvio.
Paradójicamente, el director se toma todo su tiempo para mostrarnos escenas que prevemos desde el primer momento. Terminan siendo ligeramente morbosas, poco movilizantes y dilatan sin necesidad lo mejor de la película, que es la progresión de la auténtica acción. Todo en pos de un supuesto planteo ético y moral que en los siguientes 90 minutos será postergado, tratado con liviandad y finalmente ignorado.
La crudeza de algunos diálogos chocan con las caras impávidas de los protagonistas, enfrentados por primera vez a un mundo exterior que no sólo los desconoce, sino que les es hostil por definición. Sin embargo, el espectador no logra conectar con ellos, o peor aún: logra conectar tan bien, que subvierte el planteo original. Tienen que sobrevivir, a cualquier costo… De pronto sus vidas tienen valor. Es justo que la defiendan, tanto como sus "patrocinadores" buscaron defender las suyas, el día que decidieron crearlos.
Si nos concentramos en lo mejor que sabe hacer Michael Bay, que es filmar escenas de acción espectaculares, alternadas con algún que otro escarceo sentimental, la película cumple y bien. Se los ve cómodos a McGregor y Johanssen en sus roles; las transiciones de sus personajes son correctas. Si bien nadie se hizo un favor particular al actuar en esta película, se nota que lo pasaron bomba. Y el espectador, que no va a buscar otra cosa en LA ISLA, también.
Nuestra calificación: Este film justifica el 65 % del valor de una entrada.
LA ISLA - Solo para mayores de 16 años. Duración: 132 minutos. Estreno en Ciudad de Buenos Aires: 11 de Agosto de 2005.
Entradas
