miércoles, octubre 05, 2005

PLAN DE VUELO: Otra vuelta de tuerca al misterio de la habitación cerrada

La pregunta sola genera un escalofrío. ¿Qué haría usted si su hija de seis años desapareciera? Y más aún… ¿cómo reaccionaría si esta desaparición tuviera lugar dentro de un avión con 800 pasajeros?
Una mujer recientemente viuda retorna a Estados Unidos con su pequeña hija Julia, y el ataúd de su esposo en la bodega del avión. Poco después del despegue, al despertar de un sueño inquieto, la mujer descubre que Julia ha desaparecido … y que nadie parece haberla visto siquiera subir al avión.
Enfrentando sus propios temores y la desconfianza de la tripulación, la señora Pratt deberá develar el misterio en torno a este suceso, a diez mil metros de altura. Completamente sola.
Jodie Foster acostumbra elegir cuidadosamente los papeles y guiones que se le ofrecen. No en vano "Plan de Vuelo" tuvo un excelente arranque en las taquillas norteamericanas. Sin embargo, hay que aclarar que pese a la aparente ambigüedad de la trama, el quid de la cuestión es más bien simple y perfectamente previsible según pasan los minutos.
Habrá que buscar el atractivo comercial del film en la subtrama: el delicado equilibrio mental y emocional de un ser humano, llevado al límite por las circunstancias que vive, además del lugar donde se encuentra.
No es difícil ponerse en el lugar de una ciudadana norteamericana post 11-S, cuando descubre, en el mismo avión donde su hija desapareció sin dejar rastro, a un grupo "sospechoso" de árabes. No es difícil comprender por qué el comisario de a bordo (Peter Sarsgaard, el más consistente en su rol) tiende a revertir su condición de madre-víctima a "potencial alborotadora". Estamos frente a algo más complejo que el miedo. Estamos frente a una paranoia cuyos coletazos contaminan incluso una trama cinematográfica que (se sabe) apunta a otra cosa.
El mayor logro del realizador Robert Schwentke es indudablemente el clima. La sensación de encierro, aún tratándose de un avión enorme, es vívida y se pega a la piel de tal manera que cuesta no imaginar que quien mira la pantalla, sentado en una butaca, es en realidad un pasajero más del vuelo en el que Kyle Pratt busca a una niña de dudosa existencia.
La trama, de un inteligente suspenso inicial y detalles dispersos (con la suficiente claridad, para que no se pierdan del todo) va deviniendo lentamente en una vuelta de tuerca bastante simple, casi esperable, y es entonces cuando tiende a perderse el interés. Si a esto agregamos un par de lugares comunes muy comunes, frases dichas sin alma en un contexto profundamente emotivo y el desperdicio de ubicar a Sean Bean en un papel cuasi caricaturesco… tenemos un problema, Houston.
El cierre es abrupto y no mejora las cosas, pero para cuando la película termine el espectador probablemente descubra que los primeros sesenta minutos valieron la pena y redondeará favorablemente. Quizás esperando que la Foster, emprenda un nuevo proyecto tan bien acompañada como en éste, pero (por favor) no tan acartonada.
Nuestra calificación: Este film justifica el 70% del valor de una entrada.
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PLAN DE VUELO (Flightplan) - Con Jodie Foster, Peter Sarsgaard, Sean Bean y Erica Christiansen - Guión de Peter A. Dowling y Billy Ray - Producida por James Whitaker, Charles J.D. Schlissel, Robert DiNozzi y Erica Huggins - Dirigida por Robert Schwentke - 97 minutos - Solo apta para mayores de 13 años - Estreno en la ciudad de Buenos Aires: 06 de octubre.